miércoles, 13 de julio de 2011

El {viejo look}


Hubo un momento en el que la casa de modas Christian Dior fue puesta de cabeza, durante la semana de la moda en París mientras se presentaban las colecciones de alta costura para la primavera del año 1997 para ser más exactos, una mezcla entre la tradición francesa y el mundo indígena, flores con plumas, colores neutros y contrastantes al mismo tiempo, una mujer europea de principios del siglo XX atrapada en un sueño de selva glamorosa, todo esto bajo la dirección del recientemente nombrado director creativo, John Galliano, joven y atrevido, desde ese momento giró el mundo de la alta costura 180°, el lujo ahora tenía una nueva figura, y el sentido del gusto un nuevo nombre.










15 años de fantasías, extravagancias y festivales en pasarelas terminaron barridos por el trauma de una sociedad indispuesta a olvidar los episodios más perturbadores de la historia del mundo, un simple y soez comentario pudo derribar las barreras de la conciencia y así todo acabó, pinchando la burbuja de ensueños Couture en la que muchos habíamos caído y esperábamos seguir en ella, damos cuenta que así es el mundo de la moda, o más bien, el mundo de los negocios.


Galliano se despide (metafóricamente) y surge el paso al sucesor que amarraría los cordones de tan inmensos zapatos vacíos por llenar, el elegido, Bill Gaytten, colega, compañero y patronista-cortador desde el inicio de la carrera como couturier de Galliano. Después de tantas especulaciones de quién tomaría el puesto, los grandes jefes del mundo del lujo deciden que, a lo que se podría llamar el “efecto Dior-Saint Laurent” tendría sentido (donde el brazo derecho del maestro toma la batuta).

Es algo que recientemente funcionó para la marca Alexander McQueen, donde Sarah Burton toma la dirección creativa después de trabajar por años con McQueen resultando de un inmenso entendimiento de la mente maestra, y así conservando el ADN de la marca.


 
{El creador de la marca, el propio Alexander Mcqueen}


  

 

{La sucesora, Sarah Burton}



  

Y entonces así Gaytten sabe de qué se trata la estética Galliano, conoce sus locuras por dentro y fuera y es algo que se dio a notar en su reciente colección para hombre de la marca John Galliano, lo cual fue coherente, correcto. Esto no ocurrió en Dior, la colección de Gaytten fue como un intento de querer ser Galliano haciendo lo que prácticamente solo él podría lograr en una marca con tanto renombre, que es, hacer lo que se le dé la gana. Gaytten tuvo la pared blanca, la puerta abierta, la varita mágica, y aún así trató de pisarle los talones al diseñador que por lo visto tanto lo influenció, produciendo una colección, que de ninguno de los críticos de moda más importantes del mundo ha logrado conseguir una buena reseña, inclusive haciéndo llegar a la conclusión de que el no es un diseñador y que debería permanecer donde siempre estuvo. Debe ser duro, pero concuerdo.

{y de esta manera se fue todo al suelo}







Ciertamente los chismes seguirán saliendo acerca de ¿qué es lo que seguirá? Hay por ahí también aquellos que dicen que Gaytten solamente es un distractor, un peón mientras la firma consigue un diseñador para el puesto (mantengan sus dedos cruzados) y fuera lo que fuera a pasar, si Gaytten continúa en el puesto, tiene que demostrar que puede con el peso y tendrá que convencer a mucha gente alrededor del mundo de que esto será así. Mientras tanto la marca John Galliano no tuvo ningún problema con sus ideas, pero Christian Dior ya no necesita alguien que copie las ideas del anterior diseñador, sino alguien que refresque la cara de un viejo gigante de la alta costura, como lo hicieron Yves Saint Laurent, Marc Bohan, Gianfranco Ferré y John Galliano en sus respectivos tiempos…


{Yves Saint Laurent}

{Marc Bohan}

{Gianfranco Ferré}
{John Galliano}

{La partida de Galliano en Dior, es en realidad una perdida lamentable, ya que él en realidad apreciaba respetaba y trasgredía la historia de la casa Dior.}